Y pensar que todo comienza con la maravillosa pregunta: ¿te casarías conmigo?; la respuesta no se hace esperar, y en la mayoría de los casos un “¡Sí, quiero!” es el punto de partida de una nueva historia juntos.
Como novias, durante los primeros días de este noviazgo, ¡la felicidad se escapa por los poros!, las primeras comunicaciones no se hacen esperar, la familia, los amigos y compañeros de oficina se van enterando poco a poco de la linda noticia y tú paseas de lado a lado con tu flamante anillo de compromiso sin pensar en lo que se te viene. El paso siguiente, es fijar la fecha del matrimonio, fecha que será el plazo, que dará la partida a una loca carrera para que el gran día sea el que soñaste toda tu vida.
Tres cosas que los estresan y no lo sabías
Generalmente la novia toma la iniciativa para empezar con los preparativos para la celebración y el novio toma una actitud aparentemente más pasiva, pero, la verdad es que esconde un sinnúmero de pequeñas presiones que el novio arrastra, generalmente en silencio, durante este periodo. Y te preguntarás, ¿qué presión puede tener mi novio, si yo estoy viendo todo y él no me ayuda en nada?; ¡pues bien!, te las paso a enumerar:
1. Como tú estás centrada en todos los pormenores del evento, restándole horas al trabajo y a otras actividades personales, no te queda tiempo para estar con él y resulta que el novio ya no está recibiendo todo el cariño y comprensión que estaba acostumbrado a recibir de ti.
2. Por otro lado, tiene que lidiar con todo tu stress, angustias y demandas, que no son menores, conteniéndote cada vez que sea necesario.
3. Y por último, y la más sensible de todas, es que él comienza a asimilar el real significado de su propuesta de matrimonio, el asumir esta nueva etapa y la responsabilidad que implica el tener una familia.
Todo lo anterior, puede provocar cuadros de ansiedad, que pueden verse reflejados en actitudes tales como agresividad, desgano, desinterés y evasión. Si ves estas actitudes en tu novio ¡no desesperes! (ya es suficiente con tu propio stress), piensa que todo esto radica en una sola causa que podemos resumir en la palabra MIEDO. Miedo a la entrega, a la responsabilidad y al sacrificio, es decir, que tu hombre, se está haciendo HOMBRE, ¡con todas sus letras!
Cuatro consejos para que ninguno de los dos se estrese
A esta altura, todo suena como una película de terror, pero la verdad es que es parte del proceso de crecimiento de ambos como pareja, el momento en que se prueban realmente el amor del uno al otro, y si bien esto puede provocar un quiebre en el romanticismo propio de esta etapa, lo cierto es que, sin duda, su propuesta de matrimonio fue hecha con decisión y confianza; ahora él sólo necesita estímulos positivos de tu parte para avanzar a tu ritmo y ¡no morir en el intento!
Para ayudarlos a ambos a bajar los niveles de stress, van las siguientes recomendaciones:
1. Organízate oportunamente.
Siempre lo más aconsejable es adaptarse a los tiempos que corren y tomar los servicios de una wedding planner, nada mejor que manos expertas para guiarlos paso a paso en este proceso, adecuada planificación, propuestas y selección de proveedores son su fuerte y muchas veces el costo de este servicio, se compensa con los ahorros que puedes obtener al trabajar con servicios sugeridos que te garantizan excelencia y calidad. La optimización del tiempo de ambos, les dará la tranquilidad necesaria para disfrutar del noviazgo. Si no pueden tomar un servicio profesional de asesoría de bodas, siempre es bueno llevar un check list de actividades ordenadas desde las más importantes hasta los más pequeños detalles. Una vez que identifiquen todas las actividades, asignarles fecha de cumplimiento.
2. Mantener la perspectiva.
Es común que las parejas, empiecen a escuchar las sugerencias y expectativas que todos tienen respecto de lo que será el evento, pero no deben olvidar, que este momento es suyo y aunque algunos familiares directos ofrezcan su apoyo económico para la celebración, eso no les da derecho a decidir por ustedes. La idea es que estén siempre juntos en estas decisiones, pensar qué los hará felices ese día, apegarse a su presupuesto y no discutir por detalles menores.
3. Tomen momentos de relajo juntos.
No siempre es necesario que vayan a un spa, sino que hay actividades más económicas que tienen el mismo efecto, tales como un exquisito baño de tina en casa, una sesión de masajes, un paseo juntos por el parque, practicar deportes como bicicleta o running, una noche de películas o una cena romántica en casa con la mejor conversación, son panoramas buenísimos para disfrutar en pareja y que dejaran fuera cualquier tensión.
4. Comer y descansar bien.
Ambos son claves para llegar en buenas condiciones al día del gran evento. No realizar dietas sin supervisión, por el contrario una dieta equilibrada, no saltarse las comidas, reducir azúcares, grasas, comida chatarra, tomar agua y combinar con ejercicio, debiera ser suficiente para mantenerse saludables. Por otro lado, prescindir de la tecnología antes de acostarse, no ingerir comidas pesadas en la noche y darse una ducha caliente te ayudarán a conciliar el sueño más rápido. La idea es dormir mínimo 8 horas, para amanecer con energía y un rostro radiante.
Finalmente y cuando llegue el gran día, los miedos y el nerviosismo irán quedando en cada paso que den al altar, una vez unidos, un beso sellará ese compromiso que asumieron meses atrás. El momento de la celebración está por comenzar, la felicidad de ambos es la gran invitada de la fiesta, ya no hay nada por qué preocuparse y… ¡que vivan los novios!
Selecciona a los proveedores que quieres contactar
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Danos tu opinión